lunes, 6 de febrero de 2017

Pagar el precio



"Los problemas económicos no se resuelven con dinero, se resuelven con imaginación" 
(Anthony Robbins)

Y en este caso no estamos hablando solo de dinero. Pagar el precio de hacer realidad nuestro sueño se refiere más que todo a defender nuestros principios y valores, a ser honesto, a tener ética, a cumplir la palabra dada. Por ningún motivo el fin debe justificar los medios. Como solían decir nuestros abuelos. Andar con la frente en alto, mirando siempre de frente. 

El precio es directamente proporcional al tamaño de nuestro sueño. Nada es gratuito. Se suele decir por ejemplo que se volvió rico de la noche a la mañana; lo que nadie sabe es cuantos años pudo durar una noche llena de angustias, de sobresaltos, de insomnios, de haber tenido que sufrir no solo las inclemencias del tiempo sino las dificultades de tener que lidiar con el escepticismo y las criticas de amigos y familiares; siendo estos últimos los que, por lo general, más nos desaniman con sus irónicos comentarios. Siempre con el deseo de decirnos la frasecita aquella expresada con cierta satisfacción, malicia y en forma burlona cuando nos ven a punto de tirar lo toalla: “se lo dije, yo sabía que eso no iba a funcionar”. 

El precio muchas veces incluye tener que renunciar a todo lo que nos gusta, comodidades, familia, país, oportunidades, a vivir situaciones que difícilmente tendríamos que vivir si hiciéramos lo común de la gente o sea sobrevivir. 

Se dice que lo barato sale caro y es que lo más barato, lo más fácil, es renunciar a nuestros sueños, permitir que alguien los robe, que nos resignemos a sobrevivir y no luchar por hacer realidad nuestros sueños. Solamente lo barato se compra con dinero. Y es que todo lo que tiene valor no tiene precio. 

Para hacer realidad nuestros sueños necesariamente nos encontraremos con muchas dificultades, las cuales serán proporcionales al tamaño de nuestros sueños. Aclarando que los únicos que no tienen problemas son los que han abandonado este plano de la existencia. Todo ser humano tiene dificultades en mayor o menor grado y para cada uno de nosotros nuestra dificultad es la más grande, así otras personas nos digan que nuestro problema es nada en comparación con el de ellos. Vale la pena recordar que todo aquello que nos hace llorar no es una tontería, puesto que nos hace llorar.

Lo que en verdad vale la pena requiere esfuerzo. Una forma de locura es seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes. No importa la edad que tengamos ahora, no importan las situaciones que hayamos vivido o los fracasos que hayamos tenido. Lo importante ahora es creer en nuestros sueños. Para crear, primero hay que creer. Si realmente queremos hacer realidad nuestros sueños, necesariamente debemos dar un giro de 180º a las estrategias que hemos utilizado hasta ahora y que no han dado resultado. 

Los sueños producen visión, la visión esperanza y la esperanza FE y fe es creer en lo que aun no vemos o tenemos. Se dice por ejemplo que la felicidad no es completa. Y es que si desglosamos la palaba felicidad veremos que felicidad comienza con la silaba fe por lo tanto si no tenemos fe, la palabra queda incompleta, de ahí la frase anterior. 

La Fe es un concepto judío que se deriva de la palabra hebrea emuná que significa tres cosas: firmeza, seguridad y fidelidad. Para el pensamiento judío, una fe que no incluya seguridad o fidelidad, es lo mismo que separar el espíritu del cuerpo, es decir: es una fe muerta (Stg 2:26).

Ésta es la definición de la fe dada en la carta a los hebreos: "la Fe es la certeza de lo que se espera y la evidencia de lo que no se ve" (Heb 11:1).

Más importante que tener fe en nuestros sueños es tenernos fe a nosotros mismos. En la medida que creamos en nosotros mismos y en que somos hijos de Dios en esa misma medida nuestra fe aumentara. Hay que creer para poder ver realizados nuestros sueños pues, cuando hay fe en el futuro hay fuerza en el presente.

El novelista ruso León Tolstoi decía que “La fe es la fuerza de la vida, no se puede vivir sin fe” y yo me atrevería a complementar esa hermosa frase diciendo que no se puede vivir sin sueños.

miércoles, 1 de febrero de 2017

Estamos bien capacitados pero mal educados


Hace pocos días el profesor Jürguen Klaric público un vídeo en su cuenta de Facebook donde se veía como un adolescente mejicano asesinaba a su maestra y a algunos compañeros en el salón de clase. La publicación recibió cientos de comentarios, unos a favor y otros en contra, como el mío, rechazando ese tipo de publicaciones. Muy amablemente el profesor Klaric contesto un comentario afirmando que era necesario publicar ese tipo de vídeos con el fin de crear conciencia de lo que estaba pasando en el mundo. 

Obviamente el profesor Klaric tiene todo el conocimiento y el reconocimiento para hablar sobre los males que aquejan a la sociedad, la mayoría de ellos producto de los obsoletos modelos educativos del mundo. Es de anotar que con su documental “Un Crimen Llamado Educación”, que próximamente publicara, quiere crear conciencia sobre la importancia de cambiar los sistemas educativos que existen en la mayoría de países del mundo, muchos de los cuales ha visitado con el fin de hablar con las autoridades educativas y así documentar su documental. 

Reconozco que la cruzada que ha emprendido el profesor Klaric es una tarea titánica y muy probablemente no contará con la colaboración de los ministros de educación de la gran mayoría países del mundo, ni de los dirigentes de las más prestigiosas academias, para los cuales la educación, más que un servicio social, es un excelente negocio con altas dosis de corrupción y fanatismo. El resultado salta a la vista. Nos estamos matando entre hermanos y lo que es mas preocupante, incentivando odios ancestrales que solo conllevan a más violencia.

En mis libros “Educar con sentido común"; "Estamos bien capacitados pero mal educados" y "Educando para la guerra”, afirmo que una cosa es la educación que nos brindan en nuestros hogares y otra la capacitación que recibimos en las academias. Sin embargo, si la familia y la academia no están articuladas, difícilmente se lograran resultados diferentes que los que a diario encontramos en los noticieros de la radio, la prensa, la televisión e Internet, los cuales, al igual que el vídeo publicado por el profesor Klaric, nos dan una muestra fehaciente de que la mayoría de los modelos educativos en el planeta están totalmente equivocados. 

Y es que cuando los principios y los valores pasan a un segundo o tercer plano o simplemente no existen, es cuando se aplica la frase del sabio Voltaire cuando decía que “Cuando se piensa que el dinero lo hace todo, se está dispuesto a hacer todo por dinero”; y no es que este diciendo que el dinero sea algo malo, por supuesto que no, ya que vivimos en un mundo donde el dinero es de vital importancia, con él podemos construir pero también podemos destruir todo aquello que se interponga en nuestra alocada carrera de “triunfar” a cualquier precio. 

Hace ya varios años funde la Universidad Virtual, una academia que no pretende competir con las academias tradicionales que existen en el planeta, pero si llenar los vacíos que dejan éstas. Vacíos que suelen convertirse en vacíos no solo profesionales sino existenciales, ya que las personas se dan cuenta que mucho de lo “aprendido” en tan prestigiosas academias, nunca lo aplicaran en sus vidas. Años desperdiciados inútilmente para terminar realizando labores para las cuales no se capacitaron o ejerciendo profesiones que distan mucho de hacerlos felices. 

Lo más curioso de todo es que la mayoría de maestros saben lo que deben enseñar, sin embargo no lo pueden hacer porque deben ceñirse a pensums académicos muchas veces diseñados y orientados por personas que de pedagogía no saben absolutamente nada. De ahí el asombro de estos maestros cuando se les dice que pueden enseñar lo que ellos siempre han querido; los resultados son sencillamente asombrosos. 

La pregunta es ¿Qué pasaría si en las academias tradicionales se enseñara solo lo que los estudiantes quieren aprender y no lo que les obligan? Me atrevo a decir que no solo serían verdaderos profesionales, sino que actuarían con profesionalismo ¿El resultado? Cero corrupción, porque nada más peligroso que un “profesional” sin principios y valores, los cuales por lo general sufren de “doctoritis aguda”. Una grave enfermedad que causa los más terribles males a la sociedad ya que son personas muy bien capacitadas pero que educación no saben absolutamente nada. Para la muestra, un botón, las cárceles del mundo están llenas de personas que mínimamente saben leer y escribir y en muchos casos, de personas que salieron graduadas de las más prestigiosas academias y ni que hablar de los “ladrones de cuello blanco" que gozan de libertad y de sus fortunas adquiridas de manera no muy santa. 

Finalmente quiero agradecer a todos los que me enviaron sus comentarios sobre mi anterior blog “Nadie sabe para quién trabaja”, uno de los cuales quiero reproducir literalmente: 

“Muy interesante su artículo señor Restrepo, sin embargo, vivimos en un mundo hostil donde solo sobrevive el más fuerte. Eso de cumplir la palabra, de respetar a todo y a todos solo lo aplican ustedes los idealistas que viven soñando en un mundo irreal. La realidad es muy diferente señor Restrepo, diariamente mueren de hambre miles de personas en el mundo y otras tantas debido a la violencia en todas sus manifestaciones. No entiendo como ustedes los escritores no ven la cruda realidad que hay más allá de sus narices” 

Lo dicho “Estamos vivos de milagro